TEXTOS
DIDÁCTICOS PARA TERCER GRADO
INDEPENDENCIA
Josefa
Ortiz 1768–1824
Patriota mexicana y
heroína de la independencia de México también se le conoce como la Corregidora
nació en 1768 en la ciudad de Valladolid, hoy Morelia.*Hija de españoles de
clase media, formada por Juan José Ortiz y Manuela Girón, a la muerte de sus
padres se trasladó con su hermana mayor a la ciudad de México.
Ingresó
en 1789 al colegio de San Ignacio, de monjas vizcaínas, donde aprendió a leer,
escribir y nociones básicas de matemáticas, además de lo que aprendía una
señorita de su clase social: bordar, coser y cocinar. Pocos años después se
unió en matrimonio a Miguel Domínguez en la catedral de México.
Domínguez fue un magistrado que, en su calidad de oficial mayor, se encargaba de un oficio de gobierno a través del cual los virreyes daban curso a los negocios administrativos y que por sus conocimientos e integridad gozaba del aprecio del virrey Marquina, quien lo nombró Corregidor de Querétaro.
Domínguez fue un magistrado que, en su calidad de oficial mayor, se encargaba de un oficio de gobierno a través del cual los virreyes daban curso a los negocios administrativos y que por sus conocimientos e integridad gozaba del aprecio del virrey Marquina, quien lo nombró Corregidor de Querétaro.
Josefa
se ganó el aprecio de la población queretana gracias a la ayuda que le brindó a
su marido y por procurar el bienestar de la ciudad, y como él fue el
Corregidor, ella fue conocida como la Corregidora.
Mantuvo
una estrecha relación con Ignacio Allende, su yerno, quien le daba todos los
detalles del movimiento insurgente en gestación. Ella y su esposo participaron
activamente e incluso, ocasionalmente, en su casa se llevaban a cabo tertulias
llamadas "Academia Literaria", donde se aparentaba discutir asuntos
literarios, pero en realidad eran juntas secretas donde se hablaba sobre la
situación política del virreinato y de cómo solucionarla.
José
María Morelos y Pavón nació el 30 de septiembre de 1765 en la Ciudad de
Valladolid, hoy Morelia. Fue hijo de un carpintero, Manuel Morelos y de Juana
Pavón. Creció en el seno de una familia humilde participando en la forma de
vida e ideas de las clases populares.
A
los 25 años de edad inició su carrera eclesiástica en el Colegio de San
Nicolás, mismo que era dirigido por don Miguel Hidalgo. Dos años más tarde,
continuó sus estudios en el Seminario Tridentino y tiempo después obtuvo el
grado de Bachiller en artes, así en 1779 se recibió sucesivamente de subdiácono,
diácono y presbiterio.
En
1810 se une al movimiento de independencia, siguiendo a su maestro Miguel
Hidalgo. Morelos inicia a partir de ese momento una nueva vida y una nueva
carrera, ya que con la muerte de Hidalgo, éste surge como la figura militar y
política más sobresaliente de la Guerra de Independencia.
Su actividad militar la inició en Carácuaro reuniendo a 25 hombres
armados con lanzas y algunas armas de fuego para dirigirse al sur. Poco a poco
sus tropas se fueron engrosando y las ciudades de Michoacán, México, Puebla,
Veracruz y Oaxaca fueron los escenarios de sus memorables hazañas.
REVOLUCIÓN
Educación en México en las primeras dos décadas del siglo
XX
La Universidad
Popular Mexicana (UPM) se constituyó en 1912 como una institución dependiente
del Ateneo de México (antes denominado Ateneo de la Juventud) y funcionó hasta
1920.
Alfonso
Pruneda fue el rector de esa universidad que se propuso abrir las puertas
escolares llevando la UPM junto con sus profesores –entre otros: Antonio Caso,
José Vasconcelos, Martín Luis Guzmán, Alfonso Reyes, Vicente Lombardo Toledano,
Pedro Henríquez Ureña, Erasmo Castellanos Quinto– a las calles, talleres y
plazas populares para ofrecer educación y cultura, a decir de ellos: “los
remedios del alma”.
El
artículo 3° consagró la educación gratuita, obligatoria y laica, para que todo
niño mexicano tuviera acceso a ella. Estos principios fueron secundados durante
el gobierno de Álvaro Obregón.
Una
de las propuestas de este periodo fue la de las “ligas
patriótico-moralizadoras” que deseaban instalar bibliotecas populares sin la
intervención económica de los gobiernos de los estados o la federación;
organizar conferencias públicas para todas las clases sociales sin tratar cuestiones
políticas ni religiosas.
En
los documentos que aquí presentamos se observan ejemplos de las actividades
realizadas en favor de la educación; el primero es la respuesta que se le da a
la solicitud del arquitecto Federico E. Mariscal para tomar fotografías y medir
algunos edificios para continuar con las conferencias de la UPM; el segundo es
la remisión al presidente Obregón para desarrollar la Gran Comisión de
Propaganda de las Ligas Patriótico Moralizadoras de la República en el estado
de Michoacán en septiembre de 1922.
La
patria y siempre la patria
La causa antirreeleccionista
motivó a los ciudadanos que deseaban un cambio en la
dirección del país. Como parte de su política, Francisco I. Madero permitió a las mujeres externar sus opiniones, ser más libres y participativas. En respuesta, recibió el apoyo de las agrupaciones femeniles que surgieron entonces bajo la premisa de que era necesario abandonar la idea de la inferioridad, para que la mujer pudiera “ser útil a sí misma, a la familia y a la sociedad”, según publicó el periódico maderista la Nueva Era, el 11 de enero de 1911.
dirección del país. Como parte de su política, Francisco I. Madero permitió a las mujeres externar sus opiniones, ser más libres y participativas. En respuesta, recibió el apoyo de las agrupaciones femeniles que surgieron entonces bajo la premisa de que era necesario abandonar la idea de la inferioridad, para que la mujer pudiera “ser útil a sí misma, a la familia y a la sociedad”, según publicó el periódico maderista la Nueva Era, el 11 de enero de 1911.
Un testimonio palpable de la
capacidad de organización que desarrollaron las mujeres de esa época fue el
Club Femenil Antirreeleccionista “Hijas de la Revolución” que hizo pública su
postura favorable al presidente Madero, por medio del manifiesto “La patria y
siempre la patria”, dirigido al pueblo mexicano.
El documento comienza
haciendo un resumen de los atropellos que se habían vivido durante 36 años bajo
la dictadura de Porfirio Díaz. Luego subraya el valor de Madero al enfrentarse
a las fuerzas militares de Díaz y defender la Carta Magna de tantas
transgresiones que el régimen dictatorial había cometido. En seguida, el
manifiesto coloca a los mexicanos como testigos de la campaña electoral de 1910
y el triunfo maderista que debió ser exigido con las armas en las manos, para
defender al “primer presidente constitucional electo en sufragio popular”. Las
autodenominadas “Hijas de la Revolución” expresan su descontento por las
pretensiones de algunos traidores de derrocar a Madero bajo el pretexto de que
“no sabía gobernar”.
REMINENCIAS DE LA HISTORIA
Arte de escribir
En
1798 se publicó Arte de escribir por reglas y con muestras según la doctrina de
los mejores autores antiguos y modernos, extranjeros y nacionales; el primer
libro que circunda el sistema de enseñanza lectura-escritura y que por decreto
real fue obra oficial para la enseñanza de la lectura y escritura en todas las
ciudades, villas y lugares del reino. Este libro, incuestionable por su valor
histórico y por el conocimiento que trasmite, incorpora la erudición de
Torcuato Torío de la Riva y Herrero ante la historia cultural de nuestro país.
A
finales del periodo colonial novohispano, la educación impartida a los niños se
enfocaba a la lecto-escritura. El problema se agudizaba por la disyuntiva que
prevalecía entre las dos técnicas caligráficas utilizadas en la enseñanza de
las letras; el primer estilo aseguraba que la escritura caligráfica era un acto
mecánico que sólo requería de paciencia y cuidado para su ejecución. El segundo
método establecía reglas y preceptos de precisión, líneas y formas geométricas.
A principios del siglo XIX, ambas tendencias educativas fueron substituidas por
la innovadora didáctica expuesta en el libro de Torío de la Riva.
Don Torcuato Torío de la Riva y Herrero es considerado uno de los
mejores calígrafos españoles. Nació el 1 de abril de 1759 en la localidad de
Villaturde (Palencia). Sin haber visitado jamás el territorio de la Nueva
España, aportó un legado ideológico que forma parte de nuestra identidad
cultural.
México viejo y anecdótico
González
Obregón estudió en la Escuela Nacional Preparatoria, recibió clases de Ignacio
Manuel Altamirano, de quien aprendió la pasión y el arte de recrear la historia
como si fuera un viaje interminable de cuentos y leyendas, que nos llevan de
los hechos verídicos hacia la cotidianidad. En 1885, al lado de otros grandes
intelectuales, fundó el Liceo Mexicano Científico y Literario que subsistió
hasta 1894; colaboró en el Museo Nacional de Antropología. En 1911 se le
encargó la Comisión Reorganizadora del Archivo General de la Nación; más tarde,
asumió la dirección del AGN hasta 1917. Asimismo, ingresó como miembro de la
Academia Mexicana de la Lengua y de la Academia Mexicana de la Historia,
presidió esta última de 1919 a 1922. Antes de fallecer –el 19 de junio de 1938,
en la ciudad de México– una ceguera le impidió seguir escribiendo sobre la vida
costumbrista y anecdótica del México virreinal.
El
ejemplar de México viejo y anecdótico, es invaluable porque ostenta una
dedicatoria autógrafa del autor para el médico Ricardo César Margáin, y por acompañarse
de un "testigo": un recorte de periódico que habla de la venta de
Palacio Nacional hace ya algunos siglos, pertenece al Fondo Bibliográfico
"Arquitecto Carlos Lazo Barreiro" y es un buen ejemplo para hablar de
la majestuosa facilidad que tuvo "Ronzalitos" –como cariñosamente le
llamaban sus allegados– de indagar en las fuentes documentales hasta
"hallar" el hecho histórico.
BIBLIOGRAFIA:
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